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7. LA MANERA CULTURAL DE LOS FARALLONES DE CALI[1] 

  • Foto del escritor: Andres Caicedo H.
    Andres Caicedo H.
  • 8 oct 2024
  • 16 Min. de lectura

Actualizado: 23 oct 2024

Aproximaciones a la biodiversidad y las singularidades de la zona rural de Cali


Farallones de Cali, ventana sideral entre la taira y el ave. En tiempos primitivos, existían dos grandes continentes. El supercontinente “antiguo tropical” llamado Gondwana y el supercontinente “antiguo templado” llamado Laurasia. Al emerger el istmo de Panamá (Centroamérica) como un puente entre ambos, un aporte significativo de mundo tropical al mundo templado, fue la diversidad de aves. En la actualidad Colombia es considerado el país con mayor diversidad de aves del mundo, y a pesar del alto impacto ambiental histórico en la ecorregión, Cali es considerada la ciudad con mayor diversidad de aves en Colombia. De Laurasia a Gondwana, llegaron los mamíferos mayores, ampliándose los nichos del ecosistema. Por ejemplo, la Taira, le enseñó al oso andino a comer bromelias.


YU´CE* (agua y remedio, palabra tomada del Nasa Yuwe)

 Y´CE (microvalle local, palabra tomada del censo indígena de Cali en 1552)


En las últimas décadas el bosque resucitó en las montañas de Cali, “el verde de todos los colores”[2]. La fauna de aves, anfibios, herpetos, artrópodos y mamíferos silvestres retornó al territorio con un mensaje directo del ecosistema. Las comunidades se hacen geografía del lugar y diseñan sus propios mapas territoriales, los colectivos rurales reconfiguran la teoría ecológica local desde la raíz, el corazón y las estrellas, espontáneamente sentipensantes. Señales de cambio en la percepción social del territorio que pueden ser tan relevantes como los indicadores verificables objetivamente.


Estos tesoros de la biodiversidad local, se encuentran en grave riesgo en la actualidad, debido a un avance dramático de la construcción y la deforestación en la zona rural durante la última década; así como por la contaminación de los ríos y quebradas en la zona urbana y rural.

 

·         Contexto Rural de Cali: Cuenca-Libro-Territorio


Recordemos que el clima tropical se caracteriza por la estacionalidad térmica circadiana: verano en el día, invierno en la noche, condición que se acentúa a medida que aumenta la altura en las montañas. El clima tropical se caracteriza también por la ocurrencia de oscilaciones intermitentes de la radiación, de la humedad relativa y de la temperatura durante el período de luz del ciclo diario, no obstante, la estabilidad de los promedios mensuales de parámetros climáticos (Fals Borda, 2004).


Ríos Pance, Lili, Meléndez, Cañaveralejo, Pichindé, Felidia, Aguacatal, Chocho, Cali (Territorio Educador). Cali se distingue por estar asentada en cuencas hidrográficas que en realidad son salones de clase y libros, escritos y diseñados con tinta del ecosistema y la historia local. Estos ríos nacen y desembocan dentro del territorio de Cali, ríos propios, ríos comunes que descienden de la cordillera occidental y se encuentran en el valle con el río Cauca, el cual bordea el oriente del territorio.


Cali habla y escribe su historia sentipensante como texto-territorio, un libro abierto de ecología andinotropical. En los ecosistemas del municipio emerge una extraordinaria diversidad de nichos y hábitat. Esto se debe a los diversos estados de sucesión vegetal o edades de los bosques y los matorrales rurales en la actualidad. Todo ello, se incrementa por un singular transecto altitudinal, que en solo 15 km pasa de 1000 m.s.n.m en el río Cauca a 4070 m.s.n.m en Pico Pance. El municipio de Cali comprende aproximadamente 56.000 hectáreas, el 77 % del territorio es zona rural (43 mil hectáreas), solo 23 % es zona urbana (13 mil hectáreas). Mas de 25 mil hectáreas del municipio son Áreas Protegidas, como ya dijimos, aproximadamente el 45% del territorio.


Así, en Cali converge una gran diversidad microclimática poco considerada, y que además de la variación altitudinal de Cálido a Paramo, varía de un norte más seco, a un sur más húmedo, así: cálido semiárido (norte urbano, piedemonte Montebello y Golondrinas), cálido semihúmedo (sur urbano, Navarro, Hormiguero y Pance Bajo), templado semiárido (Montebello, Golondrinas, Aguacatal, Castilla), templado semihúmedo (todos los corregimientos entre 1200 y 2000 msnm aprox., a excepción de Montebello y Golondrinas), templado húmedo (Pance, Buitrera , Villacarmelo y Andes), frio semihúmedo (Andes, Pichindé, Leonera, Felidia, Saladito, Elvira), frio húmedo (Pance, Villacarmelo, Andes, Pichindé, Leonera, Felidia) frio superhumedo (Pance, Villacarmelo, Andes), paramo bajo superhumedo (Pance, Villacarmelo, Andes, Leonera, Felidia) a paramo alto (Pance, Andes) (Clasificación climática Caldas-Lang).

 

·         Señales de cambio en la percepción socioecológica del territorio 


En los trópicos, en áreas relativamente reducidas, existen centenares de especies de árboles y de otros organismos, pero de cada una se encuentran pocos individuos en el mismo sitio. Las abundancias suelen ser bajas, especialmente de la megafauna. La estructura del hábitat, a manera de una malla fina de nichos específicos, es la forma como se concreta la gran complejidad y biodiversidad de los ecosistemas tropicales. Estas son características propias de nuestro medio, que han condicionado a la vez formas de pensar, sentir y actuar en nuestros grupos culturales y étnicos, cada cual en su lugar y en su región. De este flujo dinámico pueden obtenerse soluciones efectivas para problemas dados, por ser relevantes al medio contextual. Estas soluciones no pueden entenderse ni aplicarse copiando o citando esquemas de otros contextos como autoridad suficiente (Fals Borda, 2004).


Restauración de los socioecosistemas locales: La deforestación por potrerización, aserríos y carbón vegetal y mineral, fue la característica dominante en las montañas de Cali hasta hace 50 años. En las últimas décadas, la “maleza” reinició la sucesión ecológica, una de las formas de autopoiesis y mitigación de la entropía, mas relevantes para el planeta.


Hoy hemos recuperado la cobertura vegetal arbórea (bosques) de manera significativa en las montañas de Cali. Los ríos voladores del valle* y del mar, se trenzan entre los interfluvios y sueñan con el pronto regreso del antiguo bosque y nativo de Caimo, liso, Bongo, Candelo, Corbon, Estoraque, Barcino, Comino, Chachajo, Amarillo de peña, Arracacho, Arrayan negros, Azúceno, Guacamo, Guaimaro, Madroño de montaña, Molinillo, Nuca de toro, Yuco o Peinemono de frio, Pino Romeron, Rapabardo, Yolombo, Roble amarillo y Roble negro, Mano de oso, Higuerón, Jigua, y tantos otros, distintos, en cada etapa de la sucesión ecológica.


Las generaciones anteriores, difícilmente observaron fauna de mamíferos silvestres, ya que, la cacería fue tan intensa como la deforestación. Hoy regresó el oso a Cali y habló rural con EL COLECTIVO MONTEADENTRO, quienes realizan un trabajo ecológico que es un hito para la historia ambiental de Cali. Los Monteadentro nacieron con El Venado, El Puma, La Oncilla, El Yaguarundi, La Taira, El Cusumbo, El Armadillo, La Comadreja, La Nutria, La Guagua, El Guatín, El Águila Coronada, la Pava Caucana, El Zorro del valle y El Zorro de Paramo, y otros maestros que regresan al territorio.


En comparación con épocas anteriores, el regreso del bosque en las montañas de Cali, mejoró significativamente la regulación del agua y el microclima, la presencia de manantiales permanentes, la evapotranspiración del bosque y el matorral (captura y liberación de vapor de agua y lluvia), la retención de humedad por briofitos, humus y hojarasca y la fertilidad del suelo, la diversidad biológica y la estructura multiestratificada y multiversa del bosque, la diversidad de hábitat y de nichos, la captura de CO2, entre otras características (espiritualidad, resistencia identidad, turismo de naturaleza, educación ambiental, productores alter-nativos).

 

·         Identidades ecológicas microlocales


Las historias de las arañas, los grillos y las chicharras que conversan en los montes con los niños, son muy ciertas. Vos actuás, muchas veces, como aprendiste de seres mágicos cuando aún eras un niñ@. Son historias que ocurrieron, pero que no pertenecen al plano de los recuerdos de la mente. Por eso es muy necesario cuidar el monte y jugar (Andrés Caicedo H. Ecología Mestiza).


La restauración de los bosques, coincidió con procesos espontáneos y aislados de resignificación del entorno ambiental territorial en veredas y corregimientos, configurándose identidades ecológicas microlocales en relación con el río y la cuenca hidrográfica. Lo ancestral en el aquí y en el ahora.


El emerger de una manera biocultural propia en los Farallones de Cali y el río Cauca, donde la gente dice, soy de Pance o de Villacarmelo o de Buitrera o de Cañaveralejo o de los Andes o de Pichindé o de Leonera o de Felidia o de Saladito o de la Elvira o de La Paz o de La Castilla o de Golondrinas o de Montebello o de Navarro o de Hormiguero. Al igual debemos recordar que el águila, el oso, la estrella, la hormiga, la hierba, la roca, y el río, y nosotros, somos en realidad lo mismo, pero vamos con traje diferente para no aburrirnos. No decimos, nuestro territorio porque el territorio nos pertenezca, sino porque nosotros pertenecemos al territorio:


“Soy tercera generación del corregimiento de Pance. El hecho de estar en la montaña con el río, crea en uno un criterio. En ese camino se fue transformando la visión. Ahora creo que somos el primer colectivo en Farallones que ha hecho el registro del oso andino, un sueño muy grande porque desde niño uno escuchaba la historia, como si fuera un mito, solo teníamos las historias, entonces llegar a este punto es muy reconfortante. Y ver el estado actual del mundo, que nos dice que quieren desarrollo y prosperidad y que debemos de tener el coche último modelo, la finca y la casa en la ciudad para vivir bien, pero nos olvidamos del hecho de que el río que está al lado, nos sana el alma y el espíritu, y son los maestros de nosotros, el roble negro, el comino crespo, todas esas especies que nuestros ancestros fueron depredando hoy en día son nuestras insignias, esto es parte de la resistencia. En estos momentos estamos en vísperas del Festival del Oso Andino, el cual es un espacio de encuentro para reconocernos como personas rurales. Que sepan que Pance no es solo para fin de semana, paseo de olla, matar guayabo, sino que en Pance y en los corregimientos de Cali, hay personas jóvenes que le están metiendo la ficha a esto, es algo que sale del alma. Así como los ponentes anteriores que están trabajando fuertemente desde los altos mandos, también hay pequeñas acciones en los territorios que están cambiando la manera de interactuar con el entorno” (Douglas García, colectivo Monteadentro. Intervención en el panel: “Cambio climático y reparación integral del daño ambiental, X Encuentro de la Jurisdicción Judicial Ordinaria” 2022.


Las formas de vida y organización social que se reconfigura en las veredas y corregimientos de la zona rural de Cali, tienen una ventaja abrumadora sobre el gigantismo de las propuestas que llegan desde la urbe:


“sus problemas y sus potencialidades, se hallan a escala humana. Lo comunitario hace a los humanos más humanos. Habrá solidaridad y explotación, pero es un poco más fácil diferenciar a los que se preocupan de las necesidades de los demás, de aquéllos que sólo se interesan por satisfacer su propia codicia. Y es a partir de este conocimiento que es posible construir (…) la dimensión descubierta - es la dimensión humana, esos lugares del mundo donde la gente siente amor por el territorio. ¿No es esta acaso una de las condiciones humanas más valiosas que pudiéramos recuperar? Entonces ¿Por qué no hacerlo en aquellos lugares donde existe?” (Max Neff, 1985).


En las miradas emergentes de la comunidad rural, se resguarda el pensamiento de un ecosistema equinoccial en restauración. Un lugar propicio para urgentes y nuevas perspectivas de la teoría ecológica, desde el disoñar de la complejidad del bosque húmedo subandino y andino tropical, de un robledal inédito y un bosque de niebla sobre la ciudad.                

No obstante, reiteramos que, según análisis de expertos en el tema ambiental y cartográfico, habitantes del corregimiento La Buitrera (Peter Brabers, Comité Ambiental) y otros corregimientos, hoy existen evidencias claras, donde se puede reconocer una pérdida escalofriante del bosque en la última década por todo tipo de construcciones.


Desde el colectivo de colectivo Tejiendo Rural, que agrupa los colectivos Monteadentro (Pance), Hablemos Rural (Buitrera-Leonera), Alas de Mariposa (Cañaveralejo), Bichos (Pichindé), Cinerrante de los Pueblos (Leonera-Felidia), Montañarte y Toxic Tour (Montebello), emergen estrategias orgánicas para reaprendernos a acompañar en el cuidado de la biodiversidad y el rescate de lo comunitario en la zona rural de Cali.


El emerger de territorialidades locales que crecieron al ritmo del crecimiento del bosque, permite presenciar una bio-lenta revolución epistemológica en las montañas de Cali. Saberes de comunidades “nómadas de la modernidad”, en su mayoría por obligación, que se reconfiguran en otro territorio que es el mismo, y en donde se quedaron y se hicieron ecología del lugar.


·         Desarrollo Sostenible y teoría ecológica


Mejor estudio y planeo mi casa, mi vereda mi barrio, mi comuna, mi corregimiento, ya que el todo es pequeño y las partes son gigantescas (Ecología mestiza y crianza del agua en los Farallones de Cali).


DESARROLLO SOSTENIBLE: Varias décadas después de la Cumbre de Río 92 donde se institucionalizan las ambigüedades del desarrollo sostenible, este término sigue siendo solo una pregunta.


TEORÍA ECOLÓGICA RURAL:

Nosotros crecimos caminando la montaña, crecimos visitando el manantial y admirando el agua al salir de las rocas, crecimos jugando con los grillos, observando las arañas. Pero la promesa del desarrollo, nos trajo unos valores muy marcados, y es ¿cómo consigo mi éxito individual? ¿cómo compito con el otro? ¿Quién es el que gana entonces?

 

Y a través de esas promesas del desarrollo, encontramos desarrollo sostenible, la COP 16, encontramos un poco de promesas que nos siguen ofreciendo y que nos hacen girar nuestra mirada y nuestra visión hacia afuera, pero, ¿qué es lo que dicen todos estos grandes líderes del mundo, que puede solucionar los problemas que se nos presentan en el territorio?

 

Desde el proceso de Tejiendo Rural, hemos decidido creer en nuestros sueños, que son los mismos sueños del río y de la montaña, y en ese sentido decidir conjuntamente con jóvenes de la zona rural de los diferentes corregimientos, ha sido una herramienta poderosísima para sacar adelante ejercicios pedagógicos que correspondan realmente con lo que estamos viviendo en el territorio. Y también cómo defendemos el territorio.

 

Entonces la invitación desde ese palabreo y esa concertación colectiva, es a que defendamos lo propio, defendamos nuestro primer territorio desde ahí. Si yo estoy en una vereda, si yo estoy en un barrio, miremos qué hacemos por la vereda y por el barrio, que a veces luchamos por unos sueños de afuera, que también hay que darlos y hay personas que se brindan a ello, pero nuestro primer territorio, nuestro cuerpo, nuestro pensamiento, hay que cuidarlo y debemos serle también fiel de haber crecido, de haber nacido en esta Cali tan biodiversa, en estas montañas tan biodiversas.

 

Toda esa conexión que hemos tenido con la naturaleza, nos permite transmitir ese mensaje de amor, que nos da el habitar esté mágico territorio.

 

Ellos van a venir por el agua, vienen por los minerales, vienen por nuestras riquezas, y algo con lo cual nuestra Latinoamérica, nuestro país ha logrado defenderse, es reconocer en ese territorio lo sagrado, entonces una de las líneas valiosas que hemos retomado de nuestros ancestros, es que estos lugares para nosotros son sagrados, son de respeto. Ese es el mensaje que hay que decirle a toda la gente que va a venir a decir “Uy qué lindo eso de la biodiversidad”, ya que en algún momento se nos llevaron mucho oro de aquí, para hacer sus construcciones o lo que quisieron hacer, y acabaron con parte de nuestra biodiversidad.

 

Y ahora que quieran venir con otras pretensiones, decirles esto, son lugares sagrados, y con firmeza, que no nos tiemble la voz para defender la vida. Ese es el mensaje que la montaña nos aclama, yo creo que hay que disponernos más para la escucha. Y disponernos también para trabajar colectivamente, como lo hace la naturaleza, la biodiversidad, y en ese sentido uno aprendió de la montaña y aprendió que las cosas se hacen en Minga.

 

Entonces ¿cómo hicimos el camino de la vereda? en Minga ¿cómo hacemos la conmemoración de los niños? en Minga ¿cómo se ha hecho y cómo se ha cultivado la Mesa de Gobernanza Rural? En Minga. Todos ponemos. Y eso ha sido muy significativo de nuestra zona rural.

 

(Yanis Stefanía Ordoñez, Conversatorio COP 16.

Mesa de Gobernanza Corregimiento La Buitrera, zona rural de los Farallones de Cali)

 

Desde los elementos que aportan las categorías formales de la ruralidad en Colombia (Departamento Nacional de Planeación, 2014) no se alcanza a comprender la dimensión singular del emerger de las ruralidades en Cali, en un entorno histórico - ecológico complejo que se configura en el encuentro de los Farallones, el río Cauca y una ciudad con aproximadamente 3 millones de habitantes en el área urbana. Las cifras y otros datos oficiales en Cali son muy escasos, confusos y dispersos. La comparación convencional que se hace desde la mirada del modo de producción, entre ciudad – campo, no ayuda mucho a descifrar la singularidad local de las ruralidades de Cali.


La esencia de lo rural en Cali, no está definida solo por la densidad poblacional o el tipo de infraestructura. Cuando hablamos de lo rural no hablamos de cosas, sino de comunidades, del fogón imaginario donde se resguardan las pistas locales que nos facilitan el camino para salir de la crisis civilizatoria, del mundo biofísico y simbólico que la gente va construyendo al hacerse geografía del lugar.


Desde el colectivo de colectivo Tejiendo Rural, se proponen estrategias endógenas y comunitarias en el marco del proyecto “Compartiendo saberes, escuela itinerante de las montañas de Cali”:


“Todos los colectivos trabajan todo el año, desde el 1 de enero al 31 de diciembre, se está trabajando constantemente, lo hacemos desde distintas formas, desde la gestión, desde la promoción de actividades, desde el cuidado de nuestros propios compañeros rurales, nos llaman y ahí llegamos, es una forma particular de trabajar y nació como algo natural, no ha sido algo forzado, sino que se ha dado una oportunidad tranquila para sostener el proceso. Un sueño que tenemos desde Montañarte, que hemos conversado bastante también con Hablemos rural, es defender lo rural desde lo rural. Los colectivos con todo el talento y la capacidad que tienen, pueden administrar los recursos económicos que llegan desde el municipio o desde otra parte. Lo más cercano, lo más sencillo serian el presupuesto participativo, que no lleguen operadores externos u operadores grandes que no conocen el territorio y se llevan esos recursos para otras partes. Operadores rurales para todas las dinámicas de gestión local, para generar nosotros mismos los proyectos del territorio, ese es el camino que vamos, lo hemos fortalecido cada día, y es también por el llamado de la montaña y por tener que protegernos entre nosotros mismos” (Jhonny Penagos, colectivo Montañarte 2023, encuentro colectivo Tejiendo Rural – Fundación Tierra de Paz).


Por ahora, debe ser tarea priorizar la consolidación y reconocimiento urgente de estos hilos y valores culturales propios que configuran la manera cultural de cada territorio. Debemos tener la precaución de no invisibilizar de nuevo las voces de las comunidades, ese es el cuidado del socioecosistema local, el reconocimiento de las características emergentes de cada lugar.


Se deben de crear lazos con organizaciones comunitarias e instituciones académicas locales, desde donde se pueda soportar la construcción permanente de estrategias comunitarias que salvaguardan los socioecosistemas, las prácticas y los saberes bioculturales en los territorios rurales de Cali, “tendremos que aprender a propiciar territorialidades vivas a varias escalas, diversas y cualitativamente diferentes, a tono con los variados contextos de la naturaleza, la historia y la memoria local” (Velasco 2016).


En la necesidad milenaria de la comunidad rural por aprenderse acompañar, se resguarda el sentido histórico-ecológico de una lucha política global antigua, que va más allá de los estados nacionales, las regiones y cualquier división administrativa actual. No obstante, es desde el emerger de las actuales identidades o territorialidades ecológicas microlocales, cuando la gente se hace geografía del lugar, donde tienden a fusionarse de manera natural y sin referentes estáticos, los lenguajes político-ancestrales, campesinos y montañeros, y se vinculan cada vez más con el género, las practicas ecológicas y el cuidado del agua. Procesos orgánicos y espontáneos asociados a una autoridad que emana de la experiencia y el conocimiento del territorio local, por ejemplo:


"Hay un proyecto de convertir a Cali en distrito, el cual no reconoce la vocación ambiental del territorio, y que nosotros evidenciamos principalmente intereses económicos, hemos denunciado estas irregularidades desde el colectivo Hablemos Rural y otros procesos. Se debe evaluar esos proyectos de distritalización que se proponen como ordenamientos territoriales, no se vincula y no se dialoga con los procesos comunitarios, se están imponiendo cosas que lo que hacen es destruir lo que con tanto esfuerzo se ha construido, es la gente de base, son las comunidades populares, son las comunidades rurales, entonces de verdad ministerio también llévense ese mensaje, necesitamos que el gobierno nacional tome autoridad sobre ese asunto. Acá se habla de muchos proyectos, pero nosotros desde los territorios reconocemos que  los proyectos sin procesos, son pañitos de agua tibia, sino se orientan los recursos y los esfuerzos de todo índole, en quienes están históricamente en el territorio trabajando, podemos dar fe, de colectivos, sin recursos, con recursos vienen trabajando, porque se han hecho geografía del lugar, porque sienten el territorio, porque somos el territorio y lo vamos a seguir siendo, y en ese sentido vemos muchas falencias en las convocatorias a los actores comunitarios y las organizaciones comunitarias de base” (Yanis Stefanía Ordoñez. Colectivo Hablemos Rural. Conversatorio Hablemos Rural, 2021, movimiento Ser Montaña / Taller río Cauca sujeto de derechos, Ministerio de Ambiente, 2023).


El caso de la defensa contra formas de ordenamiento impuestas desde la visión urbana, generó un levantamiento importante de la comunidad rural de Cali, la cual se encuentra atenta, comprendiendo y leyendo de distintas formas los documentos, expresiones y normas como la distritalización, que generan fuertes impactos sobre el territorio y las personas. Como lo señala el edil Jhon Jaramillo (integrante de los Colectivos Hablemos Rural y Alas de Mariposa):


Es el pueblo, el constituyente primario el que ordena, y al pueblo jamás se le presentó previamente esa idea de ser distrito, se tomó una decisión a puerta cerrada. Por eso ustedes no nos representan, se representan, y luego quieren venir como poder, no como estado organizativo, sino como un poder imperial sobre el pueblo, a decir que aquí se tomó esta decisión y que nosotros tenemos que acogernos a esa decisión, porque eso es una ley. Entonces se concluye que hay un maltrato social, a la cultura, al territorio y a su población.


Las transformaciones de semejante magnitud deben darse de manera gradual, flexible y colectiva, y sobre todo estar enmarcadas en el reconocimiento de las potencialidades de los territorios, en este caso vistas como las estrategias comunitarias para el cuidado de los socioecosistemas, las prácticas y saberes bioculturales de las comunidades rurales.


Detrás de la cortina de la sala o el edificio, se trata de esconder lo que significa la presencia de: el Oso Andino, el Gallito de Roca, el Jaguar, el Mono maicero, las Orquídeas, las Heliconias, Colibríes, Zarigüeyas y las hermosas Cascadas de los ríos, pero es imposible. A pesar de todo, a pesar de la urbanización y del sistema económico imperante, existen en los territorios manos que protegen y que resisten a la contaminación sin ninguna tasa retributiva, sin ningún privilegio sobre sus cuerpos. Del otro lado, la Luna, las Estrellas, las Guacharacas en las mañanas, la Rana Cristal, La Mujer rural, la Comunidad, el Jaguar, el Venado Coli blanco, los Zorros y las hojas del árbol de Yarumo, comparten el mensaje ancestral para recuperar nuestra medicina, nuestro verdadero valor, de reconciliar nuestra existencia (Jenny León, colectivo Hablemos Rural).

 

El emerger de esta defensa sentipensante por el agua y los ecosistemas en la zona rural de Cali (valores bioculturales), se presenta hoy como una alter-nativa para enfrentar la crisis ambiental y civilizatoria desde las potencialidades locales. Hoy sabemos que, para actuar globalmente, debemos sentir y pensar localmente.


El mayor patrimonio es el pensamiento de la gente que ha permanecido en el lugar y que se encuentra entretejido con la presencia de profundos charcos y pequeñas coberturas arbóreas presentes en cada cañada como relictos de bosques, entre rastrojos y “malezas” de zarzamora, abrecaminos, azafrán, guayabas y dulces mortiños. Lo descrito se presenta también como un espacio para la esperanza y la acción desde el reconocimiento de los valores del territorio como quebradas, montañas, fauna, vegetación, rocas, población, historia, prácticas y el arraigo e identidad de quienes defienden el territorio desde sus saberes mestizos y populares (Marcela Jiménez. Colectivo Alas de Mariposa, 2019).


La expresión serendipity fue usada para referirse a los campos de acción de la nueva ciencia ecológica. Citando a Pardinas (1979), “uno de los peligros de la investigación es concentrarse tan cerradamente en el problema estudiado que no seamos capaces de percibir los accidentes del camino que vamos dejando a un lado y otro durante el curso de la misma”. Serendipity son “esas cosas” que no eran buscadas, pero que son encontradas en el camino de la investigación: “Un saber más allá de lo antropocéntrico, el lugar transmite una información que te enseña, te obliga a aprender unas cosas que uno no esperaba, uno va en busca de investigar como para descifrar cosas y lo que encuentra es que esas cosas lo descifran a uno” (Velasco en Jiménez, 2019).


Esta situación parece que se acentúa un poco más en las zonas tropicales. Así, cuando dos personas se enamoran en los países templados, sienten química; en cambio, cuando se enamoran en el trópico, sienten ecología.


Por ejemplo, Colombia, Brasil o Ecuador están entre los países más biodiversos del mundo. No obstante, esto no es solo porque tengan un mayor % del territorio en conservación. La biodiversidad es la estrategia de vida esencial de los ecosistemas en los países tropicales. Así como en los países templados (USA, Europa, Argentina), la estrategia de vida de los ecosistemas es la abundancia.


En los ecosistemas de los países templados, el elemento determinante son las estaciones climáticas. Mientras en los países tropicales, las interrelaciones entre los seres vivos son el elemento determinante en el ecosistema.


[1] "La Manera Cultural de Farallones". Titulo tomado del profesor Arnaldo Ríos et al., 2010

[2] "el verde de todos los colores" de Aurelio Arturo, poeta nariñense.

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